Bistvitny

Cuando vi este pastel me pareció un regalo para la vista, y ya sabeis, resistir la tentación de probar un atractivo trozo de pastel de chocolate es algo difícil, además es sorprendente la facilidad con la que se puede preparar. Los bizcochos son muy adecuados a la hora de la merienda y se pueden elaborar con un esfuerzo mínimo, por eso me gustan tanto. De modo que la próxima vez que os apetezca probar alguna delicia, esta receta os garantizará el éxito.

La fuente de inspiración ha vuelto a ser, como no, el libro de postres que me regaló mi compi Loli, no veas el partido que le estoy sacando nena !!! En él, viene presentado en forma de corona, pero como yo no tengo ese tipo de molde y soy tan impaciente, usé uno redondo, podia haber esperado un día para que me lo prestara mi madre, pero que va !!! o lo hago ahora o no lo hago, a punto estuve de recortarle el centro para que pareciera el original y genuino rosco del libro. Al final redondito como todos, para que vamos a cambiar.

Ingredientes:

Adornos de chocolate:

25 g de chocolate negro fundido

25 g de chocolate blanco fundido

Bizcocho:

175 de margarina ablandada

175 g de azúcar lustre

1/2 cdta. de esencia de vainilla

3 huevos ligeramente batidos

225 g de harina de fuerza

50 g de chocolate negro

Almíbar:

125 g de azúcar

6 cucharadas de agua

3 cucharadas de brandy o jerez

150 ml de nata espesa (yo nata montada CLA )

Elaboración:

Engrasamos un molde para bizcocho. Colocamos una hoja de papel vegetal sobre una bandeja para el horno y esparcimos varias cucharadas de chocolate negro y blanco (ya fundidos) sobre el papel, alternándolas. Removemos un poco para formar una gruesa capa bicolor, y dejamos cuajar. La cortamos en cuadrados y después en triángulos. ( yo no fui capaz de darle forma, lo deje enfriar demasiado y el resultado de la decoración quedó como veis en la foto).

Para preparar el bizcocho, batimos la margarina con el azúcar hasta obtener una crema esponjosa. Añadimos la esencia de vainilla. Incorporamos el huevo muy despacio, batiendo bien tras cada adición. Agregamos la harina. Dividimos la pasta en dos partes. Derretimos el chocolate negro y lo incorporamos en una de ellas.

Alternamos cucharadas de las dos pastas en el molde, y removemos con un pincho de cocina para crear un aspecto veteado.

Cocemos el pastel en el horno precalentado a 190 ºC unos 30 minutos, hasta que esté esponjoso al tacto.

Disolvemos, a fuego lento, el azúcar en el agua. Dejamos hervir un par de minutos, retiramos del fuego y añadimos el licor. Cuando esté tibio, ponemos varias cucharadas sobre el pastel. Montamos la nata y, con la manga pastelera, decoramos.

Que tengáis un buen día.

Afri